El hallazgo del cuerpo sin vida de una jubilada de 70 años en su propia casa -con indicios de que el móvil habría sido quedarse con su propiedad- expone la vulnerabilidad de los adultos mayores ante estafas y violencia patrimonial. Este caso, que se suma a 8 asesinatos de jubilados en lo que va del año, plantea interrogantes urgentes: ¿Son suficientes las leyes actuales para proteger a este grupo vulnerable? ¿Falla el sistema en detectar situaciones de riesgo? Mientras familiares exigen justicia, especialistas señalan que muchos crímenes contra adultos mayores quedan impunes por la dificultad de probar los motivos económicos tras el hecho.