En un escenario político donde las aguas bajan turbias, la figura de Joaquín Leguina —expresidente de la Comunidad de Madrid y exdiputado del PSOE— ha reaparecido con fuerza.<br /><br />Su petición pública de dimisión a Pedro Sánchez en 'En Boca de Todos' (Cuatro) ha resonado como un trueno en Ferraz: “Que se vaya, que hace bien a España, al PSOE y a él mismo”. No es una frase lanzada al aire; es el grito de alarma de un veterano que, aunque apartado formalmente del partido desde 2022, sigue siendo referencia para muchos socialistas desencantados.<br /><br />El contexto no puede ser más delicado. El PSOE atraviesa una de sus mayores crisis recientes tras la publicación del informe de la UCO que salpica directamente a Santos Cerdán, hasta ahora número dos del partido, quien presentó su dimisión hace apenas unos días. A este incendio se suma la presión creciente de los socios de Gobierno —con Podemos al frente, negándose siquiera a acudir a las rondas de contactos y cuestionando la legitimidad del presidente— y el desgaste evidente en las filas socialistas.<br /><br />Leguina no ha dudado en calificar el estado actual del partido: “Es un partido que no existe y en el que no hay discusión. Es algo elemental para cualquier sistema democrático”. A su juicio, el PSOE ha perdido su esencia deliberativa y se ha convertido en un club cerrado donde las decisiones se toman en círculos muy reducidos. No ahorra sarcasmo cuando habla del “hiperliderazgo” de Sánchez, al que considera más dueño que secretario general.<br /><br />El veterano socialista ironiza sobre su propio proceso judicial con el partido: “Vi a Santos Cerdán en un juicio que tengo contra el PSOE por suspenderme de militancia, pero como está el PSOE, creo que voy a quitar la denuncia”. La anécdota ilustra hasta qué punto las fracturas internas han llegado al límite.