<p>Con más de cuatro décadas sobre los escenarios y un legado que ha marcado a varias generaciones, el icónico dúo argentino Pimpinela —formado por los hermanos Lucía y Joaquín Galán— tiene un vínculo con España quizá desconocido para muchos. </p><p>Los artistas crecieron entre dos mundos que se confluían en su casa familiar de Villa Urquiza, en Buenos Aires: el de su madre leonesa y el de su padre asturiano. Ella fue la primera en ver el potencial artístico de sus hijos y él, con su gaita sonando desde primera hora de la mañana, llenaba el hogar melodías que evocaban las montañas de Somiedo.</p><p>Cada cuatro años, cuando la familia Galán conseguía juntar el dinero necesario para cruzar el charco, emprendían el viaje a España. Embarcaban padres, hijos, primos, tíos... Hasta cuarenta personas venían para pasar unos meses entre Geras, el pueblo materno, y La Bustariega, el paterno: “Subíamos a caballo por caminos sin asfaltar, con mamá adelante y papá detrás. Era una aventura”, rememora Joaquín. “Asturias es parte de nuestro ADN”, añade Lucía, emocionada al volver a escuchar el sonido del ronco. </p><p>Allí, en un pequeño bar de carretera en La Riera, el único del pueblo que tenía televisión en los años 80, se juntaron la familia y los vecinos para ver la primera actuación de Pimpinela en Televisión Española. Fue en Estudio Abierto, el programa que presentaba José María Íñigo, y el tema que interpretaron fue Olvídame y pega la vuelta. Para Lucía y Joaquín, ese instante fue más que un debut: fue el regalo de poder cantar en la tierra de su padre, y que él pudiera verlo antes de fallecer al año siguiente. Un recuerdo que, como su música, sigue vivo.</p>
