El gobierno de Panamá ha emprendido una ofensiva contra los derechos laborales y sociales, atacando sindicatos y recortando pensiones para beneficiar a las élites económicas. Además, promueve proyectos extractivos como minería, hidrocarburos y grandes represas, con el respaldo militar, desplazando comunidades y dañando el medio ambiente. Este modelo sigue una estrategia neoliberal de recolonización, con Panamá como un laboratorio de control militar y saqueo económico, similar al Chile de Pinochet en los años 70. teleSUR<br />
