Los últimos testigos del horror de la bomba atómica superan los 86 años de media y arrastran en muchos casos problemas de salud, y aún así siguen dedicando sus vidas a una labor pacifista y antinuclear que ha sido reconocida con el Premio Nobel de la Paz.<br /><br />Cuando se cumplen ocho décadas de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, el número restante de 'hibakusha' o supervivientes se reduce a 99.130 personas, una cifra que ha caído por primera vez por debajo de los 100.000. Su edad media es de 86,13 años.<br /><br />"Armas diabólicas que niegan una muerte humana"."Estaba jugando con mi abuelo y mi hermano menor en el jardín de casa. De repente hubo una luz cegadora, y luego un estruendo", explica Shigemitsu Tanaka, de 84 años, en una entrevista a EFE el pasado junio.