Ramón Ruiz Díaz, con más de 25 años en el rubro, comparte esta visión: “La situación económica y la baja calidad de muchos calzados importados hacen que aumente nuestro trabajo. Los zapatos nacionales, que tienen mejor calidad, se reparan mucho más porque vale la pena hacerlo. En cambio, los que vienen de afuera son ecológicos, como les dicen, y de materiales plásticos que no resisten”.