Patricia Rodríguez de 58 años, tuvo una segunda oportunidad de vida, gracias a la acción inmediata del policía nicolaíta, Rubén Rodríguez Rocha quien aplicó la maniobra de Heimlich, tras sufrir un atragantamiento por el consumo de un totopo.<br /><br />Rubén Rodríguez Rocha, se convirtió en un ángel para Patricia Rodríguez, la mujer que sintió que se iba a morir, su único pensamiento en ese momento, era el segundo de sus cuatro hijos, José Juan, quien tiene una discapacidad.<br /><br />