Konami nos vuelve a llevar a Rusia con Metal Gear Solid Delta: Snake Eater, el remake de la aventura de Naked Snake, y una de las apuestas más ambiciosas que ha hecho la compañía en los últimos años. Con un lavado de cara por todo lo alto, nuevos controles y la fidelidad a la experiencia original por bandera, hoy vamos a analizar este título que sí, trae consigo unas ganas enormes de modernizar el clásico de Hideo Kojima, pero también un dilema sobre cómo tratamos a los videojuegos más viejos.<br />Porque los títulos de PlayStation 2 ya son retro, pero eso no significa que sean menos actuales. Metal Gear Solid 3 fue una aventura tratada con mimo, cariño y precisión milimétrica, y este remake viene a plantearnos un importante dilema: ¿Qué pasa cuando la modernización se lleva por delante parte de una identidad muy clara?