Alaska, tierra de glaciares, bosques milenarios y ecosistemas que dominan el paisaje, enfrenta un cambio alarmante: inviernos más cortos y un deshielo que amenaza comunidades indígenas. Según la cuarta evaluación nacional del clima de EE.UU., más del 85 % de las comunidades nativas padecen erosión costera, deshielo de permafrost o inundaciones; 31 ya requieren reubicación. En 2024, la aldea Yup'ik de Newtok fue abandonada: casi 300 personas se mudaron a Mertarvik, con un costo de más de 150 millones de dólares y graves fallos en infraestructura. Kivalina podría quedar inhabitable este año, con costos de traslado de hasta 400 millones. Alaska se calienta dos o tres veces más rápido que el promedio global, acelerando el colapso de permafrost y de sistemas tradicionales de almacenamiento de alimentos.