La hemeroteca deja retratado a Salvador Illa.<br /><br />El presidente de la Generalitat de Cataluña, para más señas del PSOE, hace trizas sus principios y palabras con tal de salvar la legislatura de Pedro Sánchez y, quién sabe, tal vez la suya propia.<br /><br />Quien fuera ministro de Sanidad durante la pandemia por el coronavirus corre este 2 de septiembre de 2025 raudo y veloz a Bruselas (Bélgica) para mantener un encuentro con el prófugo Carles Puigdemont.<br /><br />Illa, en una entrevista a Cataluña Radio, aseguró que él siempre mantuvo la tesis de que mantendría un diálogo con el líder de Juntos por Cataluña, pero que sería cuando tocase.<br /><br />Y ahora, a su entender, se produce el escenario ideal:<br /><br />Dije que me reuniría con Puigdemont cuando tocara y ahora toca enviar un mensaje de que, en democracia, el diálogo es el motor.<br /><br />Sin embargo, repasando antiguas declaraciones del propio Salvador Illa, parece que no estaba de acuerdo en su momento en darle bombo y platillo a Carles Puigdemont.<br /><br />Corría el año 2018, concretamente el mes de junio, cuando Quim Torra, recién investido presidente catalán, procedió a mantener un encuentro con el político fugado de la acción de la Justicia española.<br /><br />Por aquel entonces, al socialista no le pareció que esa reunión tuviera cabida y encaje en nuestro sistema democrático:<br /><br />El señor Torra comienza el curso político yendo a visitar a Puigdemont, y por tanto poniéndose a sus órdenes. Eso no es lo que le conviene a Cataluña. Lo que hace no es gobernar, sino ir a pedir y a recibir instrucciones de Puigdemont, que es una persona que ha huido de Cataluña.<br /><br />Desde la sede del PSOE catalán, Illa denunció que los secesionistas buscasen maneras de torpedear la democracia y hasta el Estado de Derecho:<br /><br />Esto es un intento constante del independentismo de desprestigiar la democracia española, el Estado de Derecho español y al Poder Judicial.<br /><br />Visto lo visto, ahora el presidente socialista en el Palacio de la Generalitat, asume la tesis de Pedro Sánchez y que no es otra que la de cambiar de opinión.