No se trataba de ganar, algo a lo que Marc Márquez está acostumbrado con el rojo oficial de Ducati. Esta vez el objetivo era más grande: asegurar un nuevo campeonato del mundo, 2.184 días después del último. Y lo logró, subiéndose además al podio en segunda posición, solo por detrás de un intratable Pecco Bagnaia, cuya moto llegó a sembrar dudas con una inquietante humareda blanca. El tercer cajón lo ocupó Joan Mir, mientras que Álex Márquez, hermano del campeón, fue sexto y el primero en felicitarlo en pista.<br /><br />Con esta combinación de resultados, Márquez alcanza los 541 puntos, por los 340 del segundo clasificado. La ventaja de 201 puntos, con solo 185 aún en juego, sella su séptimo título en MotoGP y noveno en total.<br /><br />“Es imposible siquiera hablar, no quiero recordar lo que he pasado, solo disfrutar del presente, pero ha resultado muy difícil. Cometí un gran error, regresar demasiado temprano, luché, luché y luché y he vuelto, así que me siento en paz”, declaró emocionado tras la carrera.
