El 7 de octubre de 2023 Hamás entró en Israel y atacó indiscriminadamente a todo el que encontró a su paso. Saqueó y quemó bases militares y comunidades rurales conocidas como kibutz. Allí mató a familias enteras. Pero no paró ahí. Cuando alcanzó un festival de música, el grupo terrorista secuestró, mutiló, violó y acabó con la vida de todos los que pudo. Un total de 1.200 personas asesinadas y más de 250 rehenes. Un asalto planificado que supuso una de las peores masacres de la historia del país. Israel, por su parte, no tardó en responder. Desde ese momento se ha dedicado a atacar por todas las vías posibles la Franja de Gaza, reduciéndola a escombros. En nombre de un acto defensivo y utilizando bombas y una terrible hambruna, ha asesinado ya a casi 70.000 palestinos. Los supervivientes se ven obligados ahora a desplazarse entre los restos de lo que una vez fue su hogar. Una respuesta desproporcionada que ha conseguido atraer todas las miradas. Muchos países llevan ya meses denunciando el genocidio cometido contra los gazatíes. Mientras tanto, los bombardeos israelíes continúan en Gaza a la espera de que se firme en Egipto un acuerdo que ponga fin a esta guerra.<br />Este martes, Hamás aceptó entregar sus armas a un comité egipcio-palestino, aunque rechazó ceder la gestión de la Franja de Gaza a un comité internacional de transición, según señaló a EFE una fuente palestina que pidió mantener el anonimato. La misma fuente indicó que el grupo islamista accede a la entrada en Gaza de fuerzas de seguridad palestinas que están siendo entrenadas en Egipto y Jordania.<br />
