El padre de Máximo Santos le regaló a los 18 años su primer equipo de soldadura y utensilios para que comenzara a trabajar en un pequeño espacio frente a su casa. <br /><br />Máximo Santos soñaba con ser patólogo forense, pero la cercanía con la sangre y los riesgos de esa profesión lo llevaron a explorar otros caminos encontrando su verdadera vocación en los autos deportivos y de carrera, donde combina su talento como mecánico y piloto.
