Durante 24 meses, ha sido el epicentro de la angustia, la incertidumbre, el tormento y la desesperación de Israel.<br />Pero a primera hora del jueves, la zona del centro de Tel Aviv conocida como la Plaza de los Rehenes se convirtió en un estallido de júbilo desenfrenado.<br />Se descorchó una botella de champán entre los vítores de la multitud. Se repartieron dulces. Las lágrimas de alegría se mezclaron con las risas y los largos abrazos a medida que se asimilaba la noticia: la lucha para liberar a los cautivos israelíes retenidos en Gaza parece estar llegando a su fin.
