Inglaterra, 1838. Para poder pagar las cuantiosas deudas de su padre, una hermosa institutriz acepta ser madre de alquiler y dar a luz al hijo de un anónimo hacendado inglés. Según lo acordado, nada más nacer da a la niña en adopción. Siete años más tarde ella restrea y el paradero de su hija y es contratada como institutriz en un remoto paraje de Sussex.
