La Policía Nacional desplegó este jueves una macrooperación en el barrio madrileño de Lavapiés, donde cerca de 100 agentes del distrito Centro, apoyados por unidades de Extranjería y Policía Judicial, realizaron controles e identificaciones en la plaza de Nelson Mandela, uno de los puntos con mayor conflictividad de la capital.<br /><br />Durante el operativo, un joven senegalés, con un dominio limitado del castellano, trató de esquivar las preguntas de varios agentes mientras permanecía de pie junto a una pared, formando parte de una larga fila de personas identificadas. A pocos metros, otro ciudadano de origen subsahariano mostró una actitud más violenta y se resistió a ser detenido. "No me voy a relajar ni me voy a ir con vosotros, me estáis chuleando", gritaba mientras era conducido por la fuerza hacia uno de los furgones policiales.<br /><br />Fuentes policiales explicaron que la actuación tenía un doble propósito: ofrecer respaldo a los vecinos, que en los últimos meses han denunciado mediante caceroladas y protestas el deterioro de la zona, y advertir a los delincuentes de que la vigilancia será más intensa a partir de ahora.<br /><br />Los vehículos oficiales recorrieron las estrechas calles del barrio, entre sirenas y luces azules que atrajeron la atención de los viandantes. La escena, con decenas de agentes desplegados, simbolizó el mensaje de firmeza que Interior busca trasladar frente a los recientes episodios de inseguridad en Lavapiés.
