La llegada al Caribe del portaaviones más grande del Pentágono, el USS Gerald R. Ford, y su grupo de ataque -más de 4.000 marineros y decenas de aeronaves tácticas- dirigió nuevamente este martes la atención hacia Venezuela, cerca de cuyas aguas Washington mantiene desde agosto pasado un despliegue naval y aéreo con el argumento de combatir el narcotráfico, que ya genera reacciones de Rusia y el Reino Unido.
