- Carga de los Tres Reyes - #BrokenHeartMetal #CorazonesRotosEricaSanz (Almas en Tempestad) - <br /><br />El sol caía a plomo sobre la llanura de Las Navas de Tolosa, y el cielo mismo parecía contener la respiración.<br />El destino de Hispania no estaba escrito en libros, sino en espadas.<br />Frente al este, al borde del mundo conocido, tres monarcas se alzaban contra lo imposible.<br /><br />Alfonso VIII de Castilla,<br />con su ingenio de acero y su fe inquebrantable,<br />lideraba la causa como el león del norte.<br /><br />Pedro II de Aragón,<br />honorable y preciso como el filo de su espada,<br />marcaba el compás de la justicia y la unidad.<br /><br />Y desde el Reino de Navarra, descendía Sancho VII,<br />gigante entre hombres,<br />con el pecho ardiendo por la promesa de liberar la tierra de sus padres.<br /><br />II. Contra el Mar del Sur<br /><br />Del sur, avanzaban cientos de miles,<br />las huestes de al-Nasir,<br />el califa que prometía el dominio eterno.<br /><br />Las banderas de la media luna cubrían el horizonte.<br />Eran muchos.<br />Diez veces más.<br />Pero el corazón de los reyes no temblaba.<br /><br />Por la cruz.<br />Por la sangre.<br />Por la libertad.<br /><br />La Coalición Cristiana se formó no por poder,<br />sino por una convicción que ardía como el sol que los coronaba.<br /><br />III. El Estallido<br /><br />La batalla fue trueno.<br />Fuego.<br />Caos.<br /><br />Sancho, el coloso navarro,<br />rasgó la defensa del emir,<br />derribando el estandarte enemigo con su espada como un hacha divina.<br /><br />Pedro, rey guerrero,<br />irrumpió en las filas con la furia del trueno,<br />partiendo escudos, lanzas… y el orgullo de un imperio.<br /><br />Y Alfonso, con la bandera castellana alzada,<br />lideró la carga final gritando:<br /><br />“¡Por Castilla y por la fe,<br />hoy se siembra la ruptura!”<br /><br />El grito fue eco.<br />Y el eco fue martillo.<br />Y el martillo quebró la media luna.<br /><br />IV. La Ruptura del Imperio<br /><br />Las filas de al-Nasir se rompieron como olas contra el hierro.<br />La retaguardia musulmana, que se creía intocable,<br />fue alcanzada.<br />Destruida.<br /><br />El campamento del califa cayó.<br />Las cadenas de los esclavos cristianos, usadas como defensa, fueron rotas con furia.<br /><br />No fue solo victoria militar.<br />Fue el principio del fin del dominio almohade en Hispania.<br />Un golpe celestial.<br />Una señal de que el equilibrio de los siglos se había quebrado.<br /><br />V. La Gloria Inmortal<br /><br />Al final del día, la llanura ardía con el fuego del honor.<br />Las coronas de Castilla, Aragón y Navarra brillaban como soles alzados.<br /><br />“¡Por la historia y por los valles,<br />Iberia alza su medalla!”<br /><br />Los tres reyes cabalgaron entre ceniza, polvo y gloria.<br />Y sus nombres, desde entonces, no fueron solo reales…<br />fueron inmortales.<br /><br />Epílogo: <br />La victoria en Las Navas no fue solo de espadas.<br />Fue de voluntad, de unidad, de fe.<br />El día en que tres coronas se alzaron como una,<br />y el rugido de Hispania ahogó al desierto.<br /><br />Aún hoy, cuando la penumbra amenaza,<br />y las voces del olvido intentan cubrir la historia,<br />una melodía se alza entre cuernos de guerra:<br /><br />“¡Diez veces más… no basta!<br />¡Los Reyes de la Hispania…<br />nacieron para vencer!”<br /><br />
