Mientras la COP30 elude responsabilidades sobre combustibles fósiles, el pueblo brasileño paga las consecuencias. Tres tornados arrasaron el sur de Brasil dejando muerte y destrucción en Rio Bonito do Iguaçu. El MST y comunidades organizadas responden con solidaridad, reconstruyendo viviendas y alimentando a afectados. La inacción global contrasta con la resistencia local frente a la crisis climática
