La bioquímica Sandra Hermosa y la odontóloga Lilia Espinoza habían sido sentenciadas a 3 y 4 años de cárcel por la muerte de Sol Chávez ante una presunta negligencia médica que derivó en la intoxicación con flúor de la víctima. Un Tribunal de Apelaciones decidió anular las condenas de ambas acusadas y la realización de un nuevo juicio para revisar las penas.
