En una operación ejecutada antes del amanecer del 20 de diciembre, la Guardia Costera de los Estados Unidos, con el respaldo del Departamento de Guerra, interceptó el petrolero Centuries frente a las costas de Venezuela. Este incidente representa el último golpe de una campaña de presión de Washington contra el gobierno de Nicolás Maduro, siendo la segunda incautación de un buque en menos de dos semanas.
