... <br />Estaba Teresa arrodillada a los pies del abad, y este la mandó levantarse: <br /><br />- Por San Benito, buena mujer. ¡Álzate, álzate! <br /><br />Teresa lo hizo así, reverente y obediente. Y le propuso, llánamente, el disparate: <br /><br />- Buen abad; que Dios os guarde. El auto de este año será recordando la Presentación del Niño-Dios a los Sacerdotes del Templo. ¿Seréis vos el Sumo Sacerdote?. Yo seré, humildemente, la tierna Madre; mi hermano Froylán, el casto y cándido José; y mi último vástago será, si vos lo permitís, el Niño, ¡bien callado!... <br /><br />Don Sabarico bendijo la propuesta, y en ello quedaron... <br />Mirad el resultado:
