Las investigaciones sobre el sueño y su relación con el aprendizaje han cobrado gran auge en los últimos años. A finales de los noventa del siglo pasado los experimentos realizados por Pierre Maquet y sus colaboradores- Universidad de Lieja- usando tecnología de registro de imágenes, detectaron cómo los grupos de neuronas que se activan cuando realizamos un nuevo aprendizaje vuelven a entrar en funcionamiento durante el sueño en la etapa REM. Sus conclusiones apuntaban que los periodos de sueño favorecen la plasticidad cerebral, el aprendizaje y la memoria. En 2003 un equipo de científicos de la Universidad de Pennsylvania, dirigidos por el doctor Ted Abel, realizaron varios experimentos con ratones y percibieron que “aquellos a los que se les permitía dormir inmediatamente después de haber sido entrenados en una tarea específica, recordaban mucho mejor "la lección" que los que permanecían despiertos durante varias horas”.
