La homeopatía surgió como una alternativa más benigna a la medicina alopática. Se basa en los principios de que lo semejante se cura con lo semejante y de dilución extrema. Los remedios homeopáticos se preparan diluyendo progresivamente una sustancia y sacudiendo repetidas veces la disolución; la dilución llega a alcanzar tal grado que no queda ni una molécula de la sustancia original. Los resultados de la investigación y de la práctica homeopáticas se publican en revistas específicas, rara vez en publicaciones médicas o científicas generales. La posición de la comunidad homeópata es que esta práctica es efectiva en el tratamiento de una multitud de patologías, y que la metodología empleada por la ciencia para verificar la eficacia de las terapias no se adapta a la especificidad de la homeopatía. La posición dominante en la literatura científica es que la homeopatía no ha sido capaz de demostrar por medios objetivos una efectividad específica, es decir, mayor que la del efecto placebo.
