Si prestamos oído a Sus palabras y vivimos los mandamientos, sobreviviremos esta época de permisividad e iniquidad. Es mi deseo que incorporemos a nuestro diario vivir las verdades que allí se encuentran.<br /><br />Mi corazón rebosa de emoción al concluir esta conferencia. Hemos sido ampliamente instruidos y espiritualmente edificados al escuchar los mensajes que se han presentado y los testimonios que se han ofrecido. <br /><br />Les recordamos que los mensajes que hemos escuchado durante esta conferencia se imprimirán en los ejemplares de noviembre de las revistasEnsign y Liahona. Al leerlos y estudiarlos, recibiremos más instrucción e inspiración.<br /><br />Les testifico que esta obra es verdadera, que nuestro Salvador vive y que Él guía y dirige Su Iglesia aquí sobre la tierra. Les dejo mi afirmación y mi testimonio de que Dios, nuestro Padre Eterno vive y nos ama. Él es, en verdad, nuestro Padre; es un Ser personal y real. <br /><br />Que Dios los bendiga; que la paz que Él ha prometido los acompañe ahora y siempre.
