La actividad sexual de la hembra bonobo es diez veces superior a la del chimpancé y casi mil a la del gorila. Junto con el humano, es el único primate en celo permanente. La libido no reprimida y constante de la hembra obliga al macho que desee perpetuarse a no perder estupidamente el tiempo en peleas. La hembra mantiene a su vez intensas y frecuentísimas relaciones lésbicas para sellar alianzas. El sexo relaja tensiones. Si dos machos buscan bronca, pronto aparecen sendas hembras que les hacen olvidar sus ganas de pelea. Entre machos, una paja o una mamada es la forma frecuente de sellar acuerdos y retomar amistades "Los dos contrincantes se paran frente a frente y gritan como locos durante un buen rato. Luego, uno de ellos le hace una seña al otro para que se acerque. Inmediatamente se tocan y se abrazan, refriegan sus genitales en señal de amistad y se dedican tranquilamente a juntar comida." (Franz de Waal)
