Según Jean Liedloff, el concepto del continuum se basa en la idea de que para conseguir el desarrollo físico, mental y emocional óptimo, los seres humanos, especialmente los bebés, necesitan el tipo de experiencia a la que nuestra especie se ha ido adaptando durante el largo proceso de nuestra evolución. Para un niño, esto incluye experiencias como: <br />Contacto físico constante con su madre desde el nacimiento. <br />Dormir en la cama de sus padres, en constante contacto físico, hasta que la abandona por propia voluntad. <br />Amamantar a demanda, respondiendo a las señales que emita el bebé con su cuerpo. <br />Ser llevado constantemente en brazos o de otra manera (pero siempre en contacto con alguien, normalmente su madre), y que pueda observar (o alimentarse o dormir) mientras la persona porteadora hace sus quehaceres habituales, hasta que el bebé empieza a desplazarse por su propio instinto. <br />Hacer que los cuidadores respondan inmediatamente a las señales del bebé (lloros, quejidos, etc.),