Le gritaron: vete de Nuevo León. Le pidieron: renuncia. Le recordaron los muertos y desaparecidos. En su oficina donde tiene el empleo de gobernador, señoras con fotos de sus hijos desparecidos, curiosos y gente da pie le recordó a los 52 muertos del Casino Royale. En la explanada del Palacio de Gobierno en Monterrey las casi mil personas, también colocaron zapatos como homenaje a los asesinados y plagiados en este ciudad tan llena de miedo y desesperanza. Y mientras ellos gritaban el gobierno estatal anunciaba la captura de dos personas presuntamente relacionadas con el ataque al Royale.