Según la teoría clásica, los seres humanos perciben el tamaño y la distancia en función de la interpretación cerebral de diversos estímulos visuales, como el tamaño de un objeto en la retina y el movimiento de éste por el campo visual. Algunos entendidos en la materia opinan que en la percepción también influye el tamaño corporal. Según su parecer, a mayor estatura, menores parecen las distancias. Los autores, del Instituto Karolinska, pusieron a prueba estas hipótesis examinando de qué modo un grupo de personas experimentaba como propio un cuerpo diminuto y otro inmenso en un entorno de laboratorio. Estos científicos ya habían logrado anteriormente generar la ilusión del intercambio de cuerpos con otras personas o maniquíes, y en esta ocasión emplearon las mismas técnicas para crear a los participantes en el experimento la ilusión de que su cuerpo era enorme o bien del tamaño de una muñeca.
