No pretendo jugar con el tema, ya que no se trata de un juego sino de algo muy serio. Se trata del tema permanente, incluso laceran, de la oposición.<br />* Me explico: la oposición como concepto, como expresión de la presencia política y social activa, participativa en una democracia, es un factor clave. Es el contrapeso del poder. Lo que permite que las disidencias, los descontentos, se expresen. Por eso la importancia de que exista, y mucho más en un proceso revolucionario. Porque su existencia es lo que permite enfrentar desviaciones, perversiones, manifestaciones como el burocratismo, el autoritarismo, la corrupción que, históricamente, esta visto y comprobado son vicios que socavan a los procesos revolucionarios. Que constituyen una amenaza que si no se atienden a tiempo o si se ignoran, acaban con ellos. En esos procesos no bastan las buenas intenciones ni la calidad ideológica. Es fundamental el control proveniente del propio proceso y de aquellos sectores que desde la acera de en frente colaboren con la denuncia y la critica oportunas.<br />* Siempre he dicho, en publico y privado, que si algo le ha hecho falta al proceso bolivariano y. Por ende, al país, es una oposición responsable, estudiosa de la realidad, atenta al curso de los acontecimientos. Enfatizo en estas características porque desafortunadamente la oposición que ha enfrentado a chávez y al proceso social y político que él lideriza, ha sido hasta ahora la negación de una verdadera oposición. Su odio a Chávez la condujo por el sendero de la irracionalidad. Por eso que en vez de aprender de las derrotas que ha sufrido cuando recurrió a la violencia o a través de la vía electoral, no supo evaluar lo sucedido y perseveró en los errores.<br /><br />* Con motivo de las elecciones presidenciales del 7 de octubre y la importante votación que ese sector logró, pareció abrirse un camino distinto para ella. Fue el suyo un esfuerzo retribuido por los electores de oposición que buscaban una opción distinta, y de un liderazgo que en apariencia aprendió la lección cuando por ejemplo, su candidato admitió inmediatamente la derrota y reconoció la victoria de chávez. Ese gesto inicial fue algo más que un gesto democrático, de por sí valioso: fue un gesto que el país interpretó como el nacimiento de una nueva política en el campo opositor.<br />* Pero la ilusión que despertó en venezuela ese gesto empezó a disiparse a los pocos días con motivo de la aparición en boca de dirigentes de la oposición y de medios de comunicación de severos cuestionamientos al consejo nacional electoral, de acusaciones de fraude o de trampas, del señalamiento de un terrible ventajismo oficial que, prácticamente, enlodan el evento ciudadano que impacto nacional e internacionalmente. Y lo que es más grave aún: que semejante prédica revierte contra el propio candidato de la oposición, Henrique Capriles Radonski, al dejar muy mal parada su declaración sobre la transparencia del proceso y la gallarda admisión de su derrota.
