El principio básico de su efectividad es el control de la compulsión. Se sabe que la realización del acto compulsivo alivia la tensión y la ansiedad, pero inmediatamente después ésta comienza a aumentar hasta lograr la repetición de la conducta compulsiva. A través de las técnicas cognitivas se trata de evitar la repetición de la conducta compulsiva. Con la ejercitación de la misma se va viendo como la tensión lentamente decrece y va perdiendo la intensidad desencadenante del comportamiento compulsivo. La Terapia Cognitiva hace énfasis en cambiar las creencias y esquemas de pensamiento del enfermo de TOC. Generalmente se trabaja en la reducción de la ansiedad y en el control del estímulo generador de ésta, a través de técnicas como la desensibilización sistemática y la relajación. Luego se inicia la supresión del ritual a través de la exposición en vivo al estímulo generador de ansiedad, previniendo cualquier respuesta evitativa. Finalmente se enfrenta la ideación obsesiva
