Les voy a hacer una confesión.<br /><br /> A mi no me aleja en cuerpo y alma del PSOE su política económica. <br /><br />Creo que los progres gestionan mal, alimentan prejuicios infantiloides sobre la empresa, hacen complicado contratar y tienen adición a meter la mano, subir los impuestos, disparar el gasto público y engordar esa calamidad que son los enchufes y los subvencionados, pero, en el panorama español, todos los partidos albergan un fondo socialdemócrata y ya he aprendido a prosperar como periodista y hasta como pequeño empresario navegando contracorriente.<br /><br />No me asustan las propuestas socialistas sobre Sanidad y aunque me irrita su apuesta por el mínimo común denominador en Educación y su proclividad a ensuciar el relato de la Historia de España, podría tragar con ello.<br /><br />Lo que no puedo digerir, lo que hace física y moralmente imposible que yo vote en unas elecciones a favor del PSOE, es el indecente abrazo que los socialistas, sin excepciones, desde Sánchez a presidentes autonómicos, pasando por alcaldes, diputados y militantes, dan a los asesinos etarras y a sus herederos. <br /><br />Hace muchos años que repito como una letanía que la sociedad vasca está moralmente enferma y que el PNV es un engendro vomitivo, como demuestra el trato que se dispensa en el País Vasco a los criminales.<br />Lo relativamente nuevo es el contagio del espanto a la sociedad española.<br />Esta calamidad moral empezó con el infame Zapatero, hace menos de dos décadas, pero en este momento hay en España 8 millones de ciudadanos, votantes del PSOE, que prefieren a los secuestradores de Ortega Lara que al ex funcionario que padeció 532 días de cautiverio en un zulo infecto. <br /><br />Que consideran amigo y aliado a Valentín Lasarte, el etarra que asesinó al socialista Fernando Múgica y al popular Gregorio Ordoñez y que ahora, cuando pasea por la calle, no tiene ni que pagar el vermut, porque abundan los miserables que le invitan y le dan palmadas en la espalda o le piden selfies.<br /><br />La Asociación de Víctimas del Terrorismo ha convocado una manifestación para este sábado en la plaza de Colón de Madrid. <br />Lo hacen, indignadas ante los cambalaches de Sánchez con los etarras, por la política penitenciaria de Marlaska, por la reescritura oficial del relato del horror para pintar de rosa a los criminales y por la negativa de la izquierda a prohibir los homenajes a los matarifes.<br /><br />Se quejan las víctimas, con razón, del olvido y el abuso que sufren. Y lo comparan, doloridas, con las atenciones y beneficios que reciben sus verdugos y los aliados políticos de éstos.<br /><br />La manifestación comienza a las 12 del mediodía de este sábado y el lema no puede ser más elocuente: “No todo vale, Justicia para las Víctimas del Terrorismo, Gobierno traidor”.
