Conseguimos escondernos tan bien, que luego nunca más volvimos a encontrarnos*, leyó Marcos Aguinis en Sin Máscara <br /> Eros y Thanatos. La pulsión de vida y muerte, en el diálogo nuestro todo <br /> Nacer y morir en amor. Y el siempre parangón con Argentina <br /> El amor y cuánta morosidad para construirlo. Eros <br /> Y súbito se destruye en el instante Thanatos de amantes y países <br /> Cuando ya no fraternidad. Ya no justicia. Ya no libertad. Ya no igualdad <br /> Y Marcos Aguinis sin miedo a las palabras <br /> Que le salvan la vida, en acto de creación <br /> Y por qué mueren los pájaros. Y el amor pasión contiene al cielo <br /> Y el país amor, que fue plazas con risas y que ya no con Carlos Menem <br /> Y que si quiere ser de nuevo presidente y Dios nos libre <br /> será momia, opina Marcos <br /> No se puede luchar contra la corriente, dicen <br /> No se puede luchar contra la vida, dije y digo <br /> Eros y Thanatos en diálogo Sin Máscara <br /> Y dije William Blake y chispa de infinito <br /> Y nos dijo que el músico perfecto sería fusión de Schumann y Brahms <br /> Y Marcos Aguinis desafió a Thanatos <br /> Para que juguemos siempre <br /> con presencias Eros <br /> Y que ya nadie recree <br /> Escondijos <br /> Ni desencuentros (Cristina Castello) <br />*Fragmento del poema de Heinrich Heine, que elegí a Marcos Aguinis para que leyera en mi programa
